viernes, 4 de febrero de 2011

Capitulo 5: La bomba humana


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ESCENA1: DELIBERACIONES DEL HOMBRE BOMBA

Aunque considero la vida como una pesada carga llena de sufrimientos y sinsabores más que como un regalo, el suicidio es para mí, una prueba más de la estupidez humana. Hay gente que destroza su vida, gente que la malgasta y otros que simplemente acaban con ella de un golpe. Si bien creo que la gente tiene el derecho a decidir que hace con su vida, eso no quita que vea el suicidio como un acto de cobardía y puro egoísmo. Todos estos pensamientos corrían por mi cabeza mientras entraba en el autobús de línea con la bomba adosada a mi cuerpo.

ESCENA2: EL SER DESPRECIABLE

Para mí todos los hombres somos iguales. Negro, amarillo, blanco o naranja, considero al ser humano igual de estúpido sin que importe el color de su envoltorio. Y cuando escucho a alguien hablar de la supremacía del hombre blanco, enseguida lo tacho de despreciable. Solo hizo falta que abriese la puerta de mi despacho, para saber que aquel hombre era uno de estos. El polo con los colores patrios en el cuello, el peinado que se puso de moda durante el tercer Reich y un ostentoso reloj de oro. Dudé entre estrechar su sudorosa mano tendida y escupirle el trozo de pollo que acababa de sacarme de la muela. El sujeto quería que investigase a los inquilinos de un edificio en el centro de Olba Town. Hablo de ellos con un profundo e irracional odio. Putos moros, chinos asquerosos, sudacas de mierda…Me entraron arcadas escuchándole hablar de ese modo. Su intención era echarlos para poder vender el edificio y para ello necesitaba demostrar que estaban metidos en asuntos sucios. Droga, piratería, trata de blancas…Acepté el caso deseando que todos estuvieran limpios…de cargos me refiero, por supuesto.

ESCENA3: TAMBIÉN ES MALA SUERTE!

Al entrar en el primer apartamento, no era consciente del lio en que me estaba metiendo. Pertenecía por el Corán y la decoración a inquilinos árabes. Hasta ahí todo muy bien. Tengo una gran admiración por la cultura islámica. Particularmente no estoy a favor de mezclar la religión con la política, pero respeto que quieran seguir viviendo en la edad media. El problema empezó al encontrar varias cajas que contenían cloratita. Y se me erizó el pelo de la nuca cuando escuché las llaves de la puerta. Me encontraba dentro del apartamento de una célula de terroristas islámicos, y a pesar de la reconocida cordialidad de los árabes, pensé que no me invitarían a un té si me sentaba en un puff y les saludaba amigablemente. As-salaamou 3alikoum. El piso no tenía otra salida que la puerta principal por donde entraron los tres individuos con turbantes y luengas barbas. Así que, silenciosamente, pues aún no había sido descubierto, abrí una ventana y me descolgué por ella, cayendo en la terraza del piso inferior.

ESCENA4: GROTESCA E INESPERADA ESCENA SEXUAL

La escena que presencié al entrar por la terraza al piso dónde había aterrizado debo decir que me sorprendió bastante, y eso que en mi profesión estoy acostumbrado a las escenas fuertes. En la cama del dormitorio, había un negro grande, fuerte y desnudo que en sus manos estaba sujetando lo que un principio me pareció un bebé. Tenía cabeza sí, pero no era un bebé. Postrada ante él una señora de unos sesenta años también desnuda y con una pierna en cada mesilla, mostrando una flexibilidad tan terrible como grotesca. Un otorrino, la podría haber examinado sin necesidad de que abriese la boca. Educadamente me disculpé y les animé a que siguieran con la fiesta mientras salía por la puerta de la calle. Al empezar a bajar las escaleras sentí un frio círculo en la sien. Uno de los terroristas encañonaba mi cabeza con un kalashnikov.

ESCENA5: EL JINETE DEL APOCALIPSIS

Subimos al autobús en Nun´s Square. Yo, con la bomba adosada a mi cuerpo y el morito disimuladamente encañonándome con un revólver bajo su chilaba. Eso sí, tuvo un bonito detalle invitándome al viaje con su bonobús. Los terroristas del apartamento al parecer eran los dirigentes de la célula y habían decidido desembarazarse de mí a lo grande. Estallándome dentro de un autobús en hora punta y lleno de gente. Como no me presté a hacer tal viaje solo, me buscaron un compañero. Realmente era un niño, no creo que llegase a los 18 años. Pero se mostraba firme y convencido de que su destino era ser un mártir de la Yihad. Ojalá la educación pública funcionase tan bien como las madrazas islamistas. Nada más arrancar el autobús y ver que el morito perdía momentáneamente el equilibro me abalancé sobre él y empezamos a forcejear. Una señora empezó a atizarme en la cabeza con un besugo bien fresco, recién comprado de la plaza. “Suelte al morito! Racista! Senafobo! Toma, toma y toma!”. No la golpeé porque me gustó su gesto valiente y dejé que siguiera con su particular cruzada contra la xenofobia, mientras yo intentaba que el morito no moviese las manos. “Toma, toma, toma!!”. Viendo el revuelo el chófer paró el autobús de golpe, momento que aproveché para darle un golpe certero en la boca al moro y dejarlo ko. Tenía una bomba adosada a mi cuerpo, no sabía quién tenía el detonador… ¿el morito? ¿Sus dirigentes? ¿Estaría en ese momento a punto de explotar? El morito no tenía nada parecido a un detonador encima, así que eché a todo el mundo del autobús a empujones. Al chofer lo tuve que arrojar a través de la ventana ante su negativa de abandonarlo. Cogí el volante y empecé a circular sin saber muy bien hacia dónde dirigirme, con la bomba, el morito inconsciente y la sensación de que era un jinete del apocalipsis. Caí entonces en la cuenta de que nunca me había preguntado en qué lugar me gustaría morir.

ESCENA6: EL EXPLOSIVO DESENLACE

Tras conseguir yo sacar el autobús del área metropolitana y parar en un descampado en las afueras de Olba Town, el morito aprovechó un descuido para arrebatarme el cinturón explosivo. Cuando me ordenó que cogiera el volante para que entrar de nuevo en la ciudad mientras me apuntaba con el revólver, destrocé la palanca de cambios de una patada. Ojalá se quede en esto el parte del seguro, pensé angustiado. Le miré fijamente a los ojos, y cuando comprendí que no era más que un niño asustado le pegué un tremendo guantazo a mano abierta en toda la cara. Para posteriormente abrirle mis brazos y ofrecerle mi cara más solidaria, amigable y conciliadora. Se quedó en un principio con cara de alucinado pero poco a poco sus ojos se fueron llenando de lágrimas y se abrazó a mí sollozando y dejando el cinturón de bombas en el suelo. Y es que…lo que no solucione un buen bofetón a tiempo…

Banda sonora
1 - Henry Mancini- "Arabesque Theme" B.S.O. Arabesque (1966)
2 - John Saunders - "Follow Up No.2" (De Wolfe) 3429 - Gun Man (1980)
3 - Quincy Jones - "Do It - To It" B.S.O. Dollars (1971)
4 - Alan Tew - "Surveillance"
(TIM) Drama Suite Vol.2 (1976)
5 - Nino Rota - "The Emir And His Odalisques" B.S.O. Amarcord (1973)
6 - Piero Piccioni - "Kintabú" B.S.O. Colpo Rovente (1969)
7 - The Devil's Anvil - "Selim alai" Hard Rock from de Middle East(1967)
8 - Quincy Jones - "Ribber Ducky" B.S.O. Dollars (1971)
9 - Brian Bennett - "Foiled" (BRUTON) Drama Montage vol.1 (1975)
10 - Johnny Pate -"Brother (Title)" B.S.O. Brother on the Run (1975)
11 - Piero Piccioni - "Katmandu" B.S.O. Il Dio Sotta La Pelle (1974)
12 - Roy Budd- "Market Place" B.S.O. Diamonds ( 1975)
13 - James Brown - "People Get Up And Drive Your Funky Soul" B.S.O. Slaughter's Big Rip-Off (1973)
14 - Trevor Duncan - "Synchrosections Part 2b" (JW Theme Music) Dramarama (1961)
15 - G. Grant - "Looking for g (version one)"(DE WOLFE) 3315 Dangerous Connections (1975)
16 - Johnny Pate -"Soulful Brother On The Run" B.S.O. Brother on the Run (1975)
17 - Serge Gainsbourg - "Arabysance"B.S.O. Madame Claude (1977)

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